Dicen que era solitario, que rondaba las montañas y hablaba con las nubes. Que la noche lo eclipsaba y por eso cerraba las cortinas de par en par, para que las estrellas no lo abrasaran.
Bebía de todo menos ron, y reía junto a su vieja chimenea. Que se pasaba horas mirando aquella foto, y la mojaba. La inundaba de lágrimas... Después volvía a tenderla en la cuerda de lo imposible, queriendo volver a verla. Pero no se rendía, vivía de un momento, de un instante que le mantenía en pie.
Que en su ventana ya no crecían flores, porque plantaba recuerdos. Que quemó aquel piano,
y miraba impaciente como volaban las notas desafinadas. Nunca hablaba de ella, ni de como se fue, ni de como esperaba a que volviera.
Pintaba cada amanecer una estrella en la puerta, por si se encontraba perdida. Soñaba, y pedía marcharse. Quería volver a respirar el mismo aire que hace unos años. Ese aire compartido. Ese amor. Esa paz.
Dicen que era solitario, y se murió de pena. Que esperó a su ángel y volvió con ella.
(El corazón no muere cuando deja de latir. Muere cuando los latidos ya no tienen sentido. R.C.)
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ResponderEliminarDe verdad me he emocionado y todo al leerlo... y la ultima frase... perfecta! La mejor de tu blog :)
ResponderEliminarMuchísimas gracias!!!! Últimamente me ha dado por tocar temas así. Gracias otra vez :)
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